miércoles, 2 de septiembre de 2009

"Presi-picio"


Sebastián Piñera Rodeado de Pobladores.


"Chile es un Chiste Fome
y mal contado"
Pablo Riquelme Muñoz
"y acá está el Payaso Mayor"
Fabián Pacheco


(Las cuerdas suenan y tocan acordes resolutivos

Rasguean uñas negras, rasguean motivos furtivos

Presurosos suenan acordes pacíficos y rabiosos

Tragos de limón al aire, chupetones de ácido que apagan las sirenas

Que apagan la incontinencia idealista, la justa medida de justicia

Resumen de una historia plaga,

Resumen de una historia escrita por hombres, armas y quiebres revolucionarios.)



Dime, por favor dime ¿Qué quieres de nosotros?

¿Quieres que sigamos escuchando los discursos, alegrías contrabandadas?

¿Quieres que la guitarra se apague y la voz de nosotros se congele en la espera?

Quieres que nos veamos apretados en una persecución boleta-subsistencia

Dígame, por favor dígame ¿qué quiere señor Candidato?



Mire señor y péguese un viajecito por acá

Dígame si le gustan esos mocos secos pegados en la cara de ese niño

Mire bien, por favor, mire y dígame si le gusta ver a esos niños repartidos en las esquinas.

Pero no se tape los ojos, y no saque del bolsillo su tarjeta y no prometa, por favor no prometa.

Que a mi comuna le han prometido, metido

Y los hijos de esos cometidos limpian el asfalto manchado de espumosa ira.



Señor presidenciable mire las manos de estas hembras,

Mire el esfuerzo que hacen, para levantar al chiquillo,

Criarlo y enseñarlo, mandarlo al colegio, pegarle un coscacho

Porque otra vez le sacó la plata pal pan, pa’h el comprarse harina más delgada y alucinante.



Míreme señor presidente y dígame bien seguro,

Por qué cresta debo votar por usted, si hasta ahora

Ninguno de nosotros ha salido de apuro.




Fabián Pacheco Barrera

miércoles, 24 de junio de 2009

La Desvalorización Docente; Un Fenómeno Que Se Ha Ido Configurando a Través de la Historia:



Según la real academia de la lengua española el término desvalorización puede ser definido como la acción de quitar valor con respecto al prestigio o la consideración de algo o alguien.

Al comenzar este ensayo es necesario poder manejar muy bien el término anteriormente definido para poder ir desglosando los efectos que tiene el término en relación con la profesión y el rol del docente dentro de nuestra sociedad. Sociedad mediada por un sistema neoliberal mercantilista que ha ayudado a que la profesión sea afectada; fenómeno que se ha ido configurando a medida que pasa el tiempo, el historial nacional del profesorado, como lo definiré a lo largo de este documento.

La desvalorización docente chilena, se relaciona estrechamente con distintos factores que en mayor o menor medida provocan un quiebre en la profesión. Uno de ellos es la pérdida rasgos identitarios que ha ido sufriendo la profesión. La identidad radica en el reconocimiento que se tiene de los profesionales de la educación, en donde son reconocidos por ellos mismos y reconocidos por otros dentro de una categoría social. Se puede definir como el escalafón de las categorías sociales, la visión que se tiene de los profesores dentro de nuestro país, el lugar que utiliza dentro de las prioridades que el Estado y la comunidad tiene para ellos. El reconocimiento de ese espacio juega un papel fundamental en la pérdida de rasgos identitarios, ¿cuál es la noción que tiene la comunidad en general de los profesores? ¿Cuál es la importancia que el estado pone en las problemáticas con relación a las pedagogías?

La realidad objetiva de la cual somos partícipes y en la cual nos desarrollamos, tiene un lugar específico para los profesores. El fenómeno de la pérdida de identidad puede tener relación con la cercanía y la interacción que tiene el actor de la educación con otros miembros de la sociedad. La relación que ha tenido constantemente el profesor con otros grupos sociales.

La crisis que atraviesa la profesión docente radica en aspectos que tiene la valoración del accionar del profesor, se refiere al valor relativo de la posición ocupada por los profesores dentro de la jerarquía social. El escalafón es cercano a la mayoría de las personas de bajos, medios o escasos recursos. La interacción que se tiene con los profesores es la más cercana que se puede tener. Desde que somos pequeños somos ingresados al sistema escolar en donde el profesor es uno de los personajes principales dentro de nuestras vidas. Cuando nos desarrollamos y formamos una familia nuestros hijos por derecho institucional deben asistir a una escuela, en donde volvemos a tener interacción con los docentes. Los docentes son un aspecto fundamental e indispensable en nuestras vidas, a diferencia de los otros profesionales que los vemos lejanos, la interacción con ellos es más lejana y fría, como lo son los doctores, abogados u arquitectos, además el factor monetario influye de manera casi definitoria, muchas familias no tienen los recursos para visitar este tipo de profesionales. También la idiosincrasia chilena tiene dentro de sus postulados la relación del cuánto cuesta, de qué calidad es el producto que se entrega. El profesor es profesional que más cercano está dentro de nuestra vida.

En chile la desvalorización de la profesión docente se ha ido dando a lo largo de la historia, mediado por los factores anteriormente mencionados, que tiene que ver con la visión social de la problemática, pero también las bataholas que ha vivido nuestro país con respecto al cambio de administraciones públicas y cambios en nuestros sistemas políticos, quiebres que han privatizado la educación, dejándolo en manos de privados, desprotegiendo a los trabajadores que se movían dentro del sistema educacional chileno.

Algunas de las Causas de la desvalorización:

Jacqueline Gysling en su libro Profesores, una identidad social, menciona dos aspectos que según ella son fundamentales como para definir el fondo del problema de las desvalorización, causales que provocan el deterioro de la acción pedagógica.

Uno: el deterioro de la estabilidad laboral. Dos: deterioro de los procesos de formación docente.

“Hablamos de estabilidad laboral, para designar al conjunto de posiciones ocupacionales que conforman la profesión docente” (Jacqueline Gysling, Profesores, una identidad social. Página 24) y que son fructíferas para la buena implementación y curso de la profesión. La pedagogía en Chile, se caracteriza por tener un mercado laboral que presenta características que no son muy provechosas para nuestros profesionales de la educación, considerando que Chile tiene un mercado neoliberal que permite ciertas prácticas a los empleadores privados.

Considerando que en Chile hacia el año 1985 existen 125.548 profesores, desempeñándose estos en el 6.6% en el nivel pre-escolar, un 63.6% en el nivel básico y un 29.8 % en el nivel medio (C. Cox y C. Jarpa, Datos básicos para la discusión de políticas en la educación, CIDE-FLACSO. 1989, cuadro número 18).

El mercado laboral en ese tiempo no daba abasto para la cantidad de profesores que tenían su título profesional, creciendo el número hasta los años siguientes, creciendo la oferta, pero no aumentando los cupos para desempeñarse como profesor. El mercado laboral pedagógico se caracterizaba según Viola Espínola por la oferta de ocupaciones es menor que la cantidad de profesores que pueden acceder a ellas; entre dichas ocupaciones hay jerarquías de prestigio, haciendo que sean unas más deseables que otras; y que existen competencias entre los profesores para acceder a puestos ocupacionales (Viola Espínola, descetralización del sistema escolar en Chile. CIDE. 1991). La competencia laboral a la que tienen que postular los profesores deteriora más el valor que la sociedad chilena tiene para las pedagogías. Considerando que existe más oferta que demanda, los profesores deben pelearse los puestos de trabajos, algunos de estos puestos de trabajos no sacian las necesidades económicas de los profesores, por lo cual estos deben comenzar a buscar otro lugar de trabajo para poder llevar el sustento a su familia, cubriendo así sus necesidades básicas. Muchas veces los profesores no tienen la suerte de encontrar un lugar cercano a su hogar, o los dos colegios donde desempeña actividades docentes están muy alejado uno de otro, lo que tiene un gasto energético mayor y un desgaste de las condiciones organizacionales del docente.

Datos Históricos:

Los profesores hasta el comienzo de la década del 80 eran la mayoría empleados del Estado, sólo un porcentaje mínimo de estos se dedicaban a la educación privada, dando generalmente clases particulares en las casas que demandaban un profesor. Los profesores, la mayoría eran empleados públicos, los que provocaba en ellos cierta estabilidad laboral y económica, considerando que tenían propiedad de su cargo y un conjunto de asignaciones en sus remuneraciones.

A comienzos del año 1981 la estabilidad de los profesores se vio desamparada, producto de la nueva reforma administrativa introducida en el sistema escolar.

La reforma trajo consigo su característica más grande, ser descentralizadora, permitiendo que los colegios pasaran a la administración de las municipalidades, los que anteriormente eran del Estado y permitiendo también un ingreso a la iniciativa privada. Los profesores que antes eran empleados públicos pasaron a ser empleados de privados, contratados por corporaciones educacionales municipales o directamente por los dueños o sostenedores de administración privada. Esto hizo perder a los profesores la noción que tenían ellos de empleados fiscales, teniendo la misma calidad de trabajador que cualquier privado tuviera, perdiendo además la propiedad de su cargo, lo que dejó atrás los despidos por sumarios administrativos.

Uno de los aspectos que no puedo dejar de mencionar es que en la década de los 80, en el marco de la nueva reforma educacional, que abre la iniciativa a privados y a la municipalización de los procesos educacionales del país, es donde nace la llamada deuda histórica de los profesores. Estos tenían una serie de ahorros para su jubilación, pero cuando la administración pública de las previsiones se fue a manos de privados todos esos ahorros se perdieron, dejando que tantos años de sacrificio se los llevara la modernidad y los sistemas económicos imperantes en esta época. Esto no solo hace crecer el descontento de la población docente chilena, sino que también demuestra que el Estado no tiene un compromiso con la educación de todos sus hijos.

Desde esa época se ha venido configurando este fenómeno, que permite que los contratos sean temporales, y que el empleador privado pueda finiquitar un contrato unilateralmente. Poniéndole fin en periodo de vacaciones, la suspensión de contratos sin previo aviso y las exigencias de horas de trabajo más allá de las solicitadas Esto sólo genera inestabilidad al sector de los profesionales de la educación.

Hacia el año 1987 y gracias a movimientos del gremio y presión para que se respetaran sus derechos o se conservara la mínima parte de lo que habían conseguido con la historia se dictó un decreto de ley (18.602) que introdujo algunas regulaciones que disminuían, supuestamente, las arbitrariedades. Pero este decreto solo se aplico a los profesores del sector municipalizado y no a los del sector particular subvencionado, donde las arbitrariedades eran mucho más elevadas y como estaban en manos de privados el estado poco y nada podían realizar, el empleador es dueño de exigir lo que quiera a su empleado, y es dueño además de poner fin al contrato cuando desee (Apuntes clase de Política de la Educación).

La ley anteriormente mencionada se refiere al estatuto docente lo que regulariza la acción de la profesión docente, permitiendo que algunas de las condiciones laborales que los profesores alcanzaron en años anteriores a las décadas de los 80s fueran respetadas por las corporaciones municipales, como lo son la seguridad perdida relativa a las jornadas laborales, reducidas al cumplimiento de 44 horas semanales, escalafones, despidos y perfeccionamientos. Esto hizo crecer la brecha de las diferencias entre los profesores contratados por las municipalidades y los profesores contratados por privados. No existe regulación para los profesores contratados por el sistema privado, no hay regulación en los derechos de los trabajadores (el estatuto docente fue aprobado por el parlamento en junio de 1991 e introduce nuevas regulaciones y medidas de protección a los docentes)

La desvalorización de las remuneraciones de los profesores:

En este aspecto quiero ser tajante: las remuneraciones de los profesores siempre han sido insatisfactorias. Partiendo por la década de los 70s. Se calcula que en los años que van desde el 1970 al 1975 hubo una baja considerable en los sueldos de los profesores (un 50% aproximadamente). En la década de los 80s la situación cambió de brusca manera agudizando los cambios mencionados anteriormente. Desde el año 1980 al 1989 las remuneraciones de los profesores bajaron aproximadamente un 95 a un 79%. Por supuesto que estas cifras varían entre el sector privado y el subvencionado.

Las regulaciones impuestas por el estatuto docente, como lo son: un salario mínimo por hora común a todos los docentes de un mismo nivel, independiente de la dependencia del establecimiento en que trabajen; asignación por desempeño difícil, donde se considera ruralidad, aislamiento geográfico y extrema pobreza urbana. ; Se establece el perfeccionamiento como un derecho de los profesores, por lo cual se dispone un bono de aporte estatal para usar voluntariamente por los profesores (Estatuto de los profesionales de la educación, publicado en el diario oficial el 1 de Julio de 1991 D.L. 19.070)

Los aspectos mencionados por el estatuto docente regularizan la posición que tienen los profesores con respecto al tema de las remuneraciones, pero este tema no ha sido solucionado de fondo por la Ley 19.070, las remuneraciones de los docentes son mal pagadas, el mínimo estipulado que el empleador debe pagar al profesor no representa en nada todo el trabajo que el profesor debe aplicar en la elaboración de sus clases, además uno de los factores que se ha ido dando es la carga horaria que el profesor debe tener para poder sustentar sus necesidades, trabajando en dos o tres establecimientos, lo que causa un debacle en la planificación de sus clases, perdiendo profesionalismo la carrera, y disminuyendo los logros que los alumnos deben tener. Poniendo en discusión su manera de hacer pedagogía y creando para los demás personas que los rodean, como los apoderados la imagen de un mal profesor, factor que influye directamente con el fenómeno de la desvalorización.

La formación:

La formación de un profesor es también uno de los factores que creo, influyen de sobremanera en la desvalorización de los docentes. Partiendo por la transformación radical que han manifestado las carreras relacionadas con las pedagogías. A partir de los años 80 la gama de lugares que ofrecen formación docente creció de sobremanera, manifestándose en la cantidad de centros formativos para profesores. Si en el año 80 existían 7 universidades que entregaban carreras de pedagogía, a fines de los 80, con el cambio económico que experimento el país en esta época, el número que nos encontramos de lugares que imparte la carrera es 5 veces más elevado con 5 universidades tradicionales con aporte fiscal, 8 universidades derivadas con aporte fiscal, 2 universidades pedagógicas con aporte fiscal, 2 universidades privadas sin aporte fiscal, i instituto profesional con aporte fiscal, y 17 institutos profesionales sin aporte fiscal (Jacqueline Gysling, Profesores, una identidad social. Página 28). Lo complejo es que no existía una forma de controlar los procesos formativos que se tienen tanto en universidades públicas como privadas o institutos profesionales, lo que no garantiza competencias que permitan a los profesores recién egresados cumplir con los requisitos que el sistema educacional chileno requiere.

El prejuicio que tiene la sociedad con respecto a los alumnos que ingresan a estudiar pedagogías es el de que son alumnos con bajos rendimientos dentro de la educación media, y que no les alcanzó para estudiar una carrera mejor mirada socialmente y mayormente pagada, acá también creo que se pone en juego la vocación de ciertos profesionales.

Muchas veces los procesos formativos que reciben ciertos alumnos que ingresan a las carreras de pedagogías no son necesarias para la buena implementación de sus clases, se ha sabido de situaciones en que profesores han tenido malas prácticas dentro del aula, cosa que ayuda a aumentar el malestar de los apoderados y comienza la generalización de las actitudes de los docentes vistos como especialistas de la enseñanza, pero no portadores del mejor y más elevado capital cultural. Provocando el fenómeno de la desvalorización.

Los problemas que enfrenta la Labor docente, Conclusiones:

Tradicionalmente se viene hablando que el estudio de la pedagogía está unido muy cercanamente con la noción de vocación, y quienes la llevan a cabo son personas que en realidad se sienten llamados a dedicar su vida a la educación, y en ese sentir, supuestamente, encuentran una íntima satisfacción moral, pero no exactamente una cubierta para la contingencia económica, política de seguridad.

Los aspectos anteriormente mencionados pueden ser causales directos de los problemas que tiene la profesión docente con relación a las comunicaciones con la comunidad educativa en general y además los problemas que ellos experimentan según sus condiciones.

Los problemas que mayormente enfrentan son las malas relaciones entre alumno profesor, la mala comunicación entre padres y profesores, la carencia de útiles escolares , la falta de información de los padres con respecto a los procesos formativos de sus hijos , la falta de interés de los padres, los problemas socioeconómicos de las familias, el bajo rendimiento, etc. Fenómenos que se han ido agudizando a medida que trascurre el tiempo y modelo neoliberal chileno lo permite, y también crea los problemas que los profesores están presentando de un tiempo a esta parte como lo son: el recargo del trabajo, la falta de compromiso con las instituciones con las que trabajan, falta de apoyo técnico, falta de claridad en el docente de los objetivos educacionales, intervención en educación de profesionales de otras áreas, malas metodologías del profesor, remuneraciones bajas, etc.

Se ha acentuado en la época que estamos viviendo la necesidad de experimentar un reconocimiento de los derechos del profesor de la misma manera en que se respetan los derechos de otros profesionales, impidiendo que estos ingresen al mercado laboral de los profesores, esa es una invasión que desprotege totalmente la integridad y la exclusividad de los docentes. Un signo más de la poca importancia que el estado pone en las regularizaciones educacionales.

Mirta Graciela Gavilán (educadora argentina y psicóloga de la Universidad Nacional de la Plata) menciona en el documento la desvalorización del rol docente (publicado en la revista iberoamericana de educación, número 19, formación docente, enero del 1999) que las soluciones para ciertos aspectos tiene que ver con “fomentar acciones de prevención desde las mismas unidades educativas, que deben ser más abiertas e interactuantes; estimular programas de capacitación más flexibles, no impuestos sino demandados por los propios docentes de acuerdo con sus necesidades; mejorar las retribuciones económicas; aumentar su participación en la toma de decisiones ante los cambios curriculares. En definitiva se debería devolver al rol docente de conducción del procesos de aprendizaje que alguna vez tuvo y del que hoy se siente despojado”

Los movimientos que se han ido dando son un grito hacia las circunstancias que están viviendo los profesionales de la educación, adoptando medidas que de fuerza o presión para que el gobierno atienda a sus necesidades y se dé cuenta que en realidad los petitorios tienen que ver con la solicitud de una mejor educación para los chilenos, mejorando los aspectos que atañan a sus problemáticas. Los profesores satisfechos, hasta cierta medida podrán realizar prácticas pedagógicas que aumentes los resultados de sus alumnos.

Generalmente la idiosincrasia chilena se caracteriza por el rescate de los aspectos negativos más que de los positivos, pero este fenómeno que se está dando en la educación chilena tiene que ver directamente con todo lo anteriormente explicado y argumentado. La profesión docente no está siendo vista como lo es, desde un punto de vista crítico y reflexivo, sino más bien está siendo considerado como una semi profesión por parte de la mayoría de los chilenos. Los profesores exigen sus derechos, pero la opinión pública muchas veces se encarga de manchar el nombre de los profesores y mencionar que en realidad sus peticiones son elevadas para la situación que se está viviendo hoy en día. Si en verdad queremos alcanzar el sueño democrático por excelencia se debe partir por la base de toda organización nacional, la educación, valorando la profesión docente como se debe, reconociendo la labor que los profesores realizan y los más importante legislar para que estas anomalías coyunturales sean resueltas para el buen funcionamiento de nuestro país. Las exigencias de los profesores son reales y concretas, la implementación de políticas públicas que permitan un desempeño más favorable para los docentes. Esto se remite a solicitar a nivel de nación un respeto y admiración de la labor docente, una imagen generalizada en el estandarte chileno.


Fabián Pacheco Barrera




domingo, 31 de mayo de 2009

Paseemos:



Por el asfalto manchado

Por el césped húmedo

Por las margaritas mecánicas

Por los garffitis de los cabros del block

Por los grises edificios

Por las vitrinas de artefactos inútiles

Por el frescor de las frutas céntricas

Por los centinelas modernos

Por la rucia del kiosco

Por los letreros consumistas

Por las mentiras del desarrollo económico

Por los vendedores de restoranes

Por los residuos que botan los puchos

Por la pasión de esquina

Por las putas cotidianas

Por las paradojas relaciones humanas

Por la divinidad armoniosa de Cristo.

Por nuestra capacidad de soñar despiertos

Y modifica dichos recorridos,

Y mirar la lindura de aquellos que con corazas envuelven su corazón

Y descubrir juntos qué queremos modifica

(Algunos lo llaman conciencia social)


Fabián Pacheco Barrera.