Vaca Muerta a Manos de Pollos "Terniados":

Los pollos proceden a comerse una vaca,

Estirada en un colchón de rosas.

La vaca está perfumada y,

Las espinas dibujan en el blanco y negro pelaje

Las llagas estigmáticas de tan febril corral.

El corral en el que se manifiesta tal fúnebre canto,

Remite un dejo clasista,

En el marco del presumir pollístico.

Se la comen lentamente,

Picoteo por picoteo,

Le abren las venas y corre un mar de glóbulos,

Que tiñe la total abundancia tierral.

Se manchan las alas, los picos y patas,

Y disfrutan de tal espectáculo,

Porque pronto se los llevará Serrano,

Porque pronto el cadáver se pudrirá.

Dejarán más de la mitad,

No compartirán la matanza,

El placer burgués es máximo.

Fabián Pacheco Barrera

La Berenguer, la que nació Pintada

VENID A VERME AHORA

Venid a verme como sufro

Venid a verme los malditos

Los gusanos abren sus mandíbulas
Esparcen mi cuerpo y yo gozo

Las luces llameantes del sol
Entreabren sus rayos los labios
Vertiendo el calor sobre mi cuerpo
Dejándolo vivir ardiéndolo de a poco

Venid a ver este arder.

Mama Marxs

Sin pedir autorización al Ministerio del Interior del gobierno militar, Carmen Berenguer publicó su primer libro, “Bobby Sands desfallece en el muro” (1983). Después de más de cuatro años sin publicar lanzará en abril “Mama Marx” (LOM Ediciones), un conjunto de poemas críticos sobre la política y el arte.

-¿Crees que el poeta se hace con su tiempo histórico?

-No hay deberes en la poesía, pero para mí es importante la relación entre arte y política. Veo el mundo desde donde hay un vacío y sin duda hoy hay problemas profundos.

-La reflexión sobre el capitalismo está desde el título.

-El libro es una especie de ilusión radical. No es nostalgia, sino un sutil recuerdo de cosas. Sobre todo en un sistema que ejerce mucha violencia sobre los seres humanos.

-Existe un apartado llamado Anticristo, ¿Nietzsche, ruptura social o evidencia del género trasvestido de la “loca del carrito”?

-El Anticristo es un sujeto real que deambula por las calles. Pero también es el lugar del travestismo que se dio a finales de los ’80: había retazos de arte, política, acciones. Esto lo relaciono con Nietzsche y, a su vez, con Freud y Marx. Ellos son “los autores de la sospecha”, como dijo Ricoeur.

-Tu libro está dedicado textualmente, a tu madre y también a Nietzsche, Freud y a Marx.

-Lo de Marx es un referente semiótico que se construyó en una conversación con Pedro Lemebel. Por ejemplo, hay viajes en que uno se viste de alguna manera para que vean de dónde vienes. Él fue a Alemania y se puso un pañuelo como el de las madres de mayo, pero la ironía estaba en su pantalón con florcitas. De ahí salió el nombre, de símbolos que tienen emanaciones múltiples. “Mama Marx” es la historia que tú ironizas, pero que guarda tristeza.

-¿Qué tiene en común tu trabajo en “Bobby Sands...” con el de “Mama Marx”?

-Uno tiene que abrir y no entrar en las mañas del “así se debe escribir”. Los dardos de esos “caballeros”, generalmente, van contra las mujeres. Chao con eso. Que se vayan a la mierda.

-¿Hay que seguir luchando contra la corriente?

-Hay que luchar contra esa monserga latera que ya no funciona. Que mujeres ganen el Premio Nacional de Literatura o evitar que dejen de escribir por la opresión masculina. Es un camino largo, pero he decidido dar la lucha.

Fundirse

Contigo el mundo se frena se paraliza por entero. Y eres solo tú. Y a veces ni siquiera eres tú. Me fundo en ti, Y soy tú, Soy en ti. Y hazme dormir en tu sereno pecho, mi almohada. Donde hago realidad mis sueños, Donde mudas el anhelo a un encuentro eterno. Tu pacífica y sonora mirada donde prima la incontenible felicidad. Y donde yo amor, dejo de ser yo para ser tuyo, Fundido.

Pablo Riquelme Muñoz

Ellos como que...

Ella como que lo mira
Él como que la “oCserva”
Ella como que se le acerca
Él como que se pone nervioso
Ella como que se arrepiente
Él como que la piensa
Ella como que toma un vaso y se pone a bailar
Él como que se siente macho
Ella como que se hace la Linda
ÉL como que no se da cuenta
Ella como que se llena de rabia
Él como que la nota
Ella como que se da cuenta de que funciona su táctica
Él como que le atraen las locas choras
Ella como que se hace la indiferente
Él como que se da cuenta y pasa por el lado de ella
Ella como que hace que no lo ve
Él como que muestra su reloj de oro y sus zapatillas resortes
Ella como que le siente el aroma a axe
Él como que se va a la mesa a la búsqueda de un “Ronaldo”
Ella como que siente sed
Él como que se lo sirve bien cabezón
Ella como que se acerca, como que no quiere la cosa
Él como que se pone nervioso, como cuando se le acerca un paco
Ella como que se siente "yeina" a su lado
Él como que le ofrece ayuda
Ella como se hace la lesa
Él como que le sirve un copete
Ella como que se deja atender
Él como que se lo hace para señorita
Ella como que le agradece
Él como que le dice - ¿bailamos esta cumbia?
Ella como que le dice - no bailo cumbia
Él como que se enoja
Ella como que le atrae eso
Él como que se le acerca
Ella como que se deja querer
Él como que le muestra los brazos
Ella como que le mira de reojo las cicatrices
Él como que le habla de sus experiencias “hamponazas”, de la historia de los tajos
Ella como que se interesa en la conversa
Él como que le dice lo que gana en la peguita y cómo lo gana
Ella como que siente mariposas en el estomago
Él como que más le da con el tema
Ella como que lo escucha atentamente
Él como que se siente "caperuso"
Ella como que se “embola” en con su voz
Él como que sabe que eso es bueno
Ella como que ya está perdida- Es un choro de “verdá”- piensa
Él como que ahora se atreve y le dice- ¿ vamos a bailar?
Ella como que no quiere bailar
Él como que ve en la cara de ella un brillito
Ella como que está lista para el ataque
Él como que está “ready” y “agarra Aguirre”
Ella como que lo recibe
Él como que se deja querer
Ella como que se deja llevar
Él como que la lleva al oscurito
Ella como que se siente privilegiada
Él como que dice- cayó redondita, la hice de oro

Ellos como que no duermen

Ellos como que no sienten,

Ellos como que vivirán el momento.

Fabián Pacheco Barrera